lunes, 11 de junio de 2012

Wild Coast


El atardecer puso fin a un fabuloso dia de 'safari' por el Lake Eland Game Reserve. Nuestro próximo destino era la Wild Coast, pero queríamos parar por un pueblo tipo Benidorm que quedaba de camino  llamado Margate donde Martin quería comprarse la tabla de surf. Las tiendas estaban cerradas y aun no sabíamos cuanto tiempo necesitaríamos para llegar a Port Saint Johns (nuestra primera parada en la Wild).
Hacia las 18:30 salimos de Margate con dirección a Port Edwart para coger la terrible R61 y así poder atajar, ya que la principal N2 (que recorre toda la costa desde Santa Lucia hasta Ciudad del Cabo) no transcurre cerca del litoral en los 350 km de la Wild Coast (esa probablemente sea una de las razones del encanto de esta zona). 

La carretera R61 fue con toda seguridad el momento más exigente y duro del viaje en aquel coche por Sudáfrica. Fueron cuatro horas y media de oscuridad absoluta ya que no había ni una sola farola en el trayecto, baches y agujeros en la carretera, conductores temerarios, animales y personas por el medio del trazado… La llegada a la enigmática Port Saint Johns fue un momento casi divino y nuestro alojamiento en el Amapondo Backpackers todo un lujo http://www.amapondo.co.za/

    Pero sin reconocimiento a semejante esfuerzo, el día siguiente amaneció triste, lluvioso y muy ventoso. Las previsiones no eran nada positivas, por eso de nuevo tuvimos que improvisar y marcharnos hacia Coffee Bay, no sin antes disfrutar del encanto de esta pequeña localidad serena e idílica. 

    El camino a Coffee Bay (vía Mthatha) fue algo mejor que el del día anterior pero también fue un sacrificado día de carretera. Acercándonos a nuestro nuevo destino, y después de tanta lluvia, la aparición del sol reflejado con un brillo intenso en las casas de colores de los Xhosas fue tan necesario como alentador.
La llegada nocturna a Coffee Bay fue también todo un placer, el albergue Coffee Shack http://www.coffeeshack.co.za/ fue nuestro campamento base y aunque es un alojamiento sin duda aconsejable, el hecho de ser sábado y además San Patricks day, el ambiente guiri-festivo fue un poco duro de asimilar.
    El día siguiente Martin pudo alquilar una tabla decente y hablar con el dueño del albergue (buen conocedor del surfing en Euskadi). No había olas en Coffee Bay así que fuimos al pueblo de Mdumbi (top 10 de spots de surfing de Sudáfrica) a probar suerte y a conocer aquel lugar perdido en aquella remota parte del país.
 


El camino fue un poco duro ya que no había prácticamente carretera, todo era pista, con baches, agujeros, piedras, gravilla,... literalmente no pudimos pasar de 40 km/h. Eso si, el encanto del paisaje, de las casas, los xhosas, los animales, los niños....lo convirtió en un placer de viaje.
 
La Wild Coast, la parte Xhosa de Sudáfrica, está salpicada por pequeñas aldeas con casas de estas características.
Normalmente agrupadas por colores, pudimos ver una mayoría de este verde, pero también las vimos naranjas y blancas. Nunca supimos el criterio para elegir color...

Los lugareños eran tímidos y no les gustaba ser fotografiados. Los rebaños de ovejas, cabras, vacas...estaban por todas partes, era gracioso ver como no se inmutaban por la presencia de un coche. 

Algo que nos llamó mucho la atención fue que los niños solo nos decían 'money!sweets!' cuando pasabamos a su lado o parábamos para saludarlos y  hablar con ellos. Supusimos que es lo que habían aprendido al haber obtenido dinero y caramelos de otros turistas que anteriormente habían pasado por allí. En medio de un sitio tan remoto, rural y mal comunicado, donde prácticamente no hay estímulos externos, la relación blanco-dinero está grabada en la mente de esta gente desde muy corta edad. Aunque algunos occidentales creen que ayudan dando dinero o dulces a los niños, no son conscientes de que les están educando de una manera erronea...

A medida que nos acercábamos a la costa e íbamos viendo la desembocadura del rio en el mar, nos ibamos enamorando más de la Wild Coast. Martin estaba ansioso por ver las olas y surfear por fín en este país después de tanto intento frustrado.


No hubo mucha suerte con las olas pero conocer este precioso y solitario pueblo mereció mucho la pena.

 Dimos por finalizado el día en Mdumbi y nos fuimos de vuelta a Coffee Bay para recoger nuestras cosas y devolver la tabla al dueño del hostel, que muy amablemente, no nos cobró nada por el alquiler del día.


Antes de marcharnos de Coffee Bay  decidimos subir a la colina a despedirnos de aquella preciosa bahía. Cuál fue nuestra sorpresa cuando de repente vimos un grupo muy numeroso de delfines cabalgando las olas de una manera muy espectacular, sin duda un momento top de nuestro viaje!! Pasamos allí un buen rato, mirando como estos simpáticos animales surfeaban las olas, hasta que el atardecer nos avisó que era el momento de salir rumbo a nuestro próximo destino. 

Ya de noche y con el subidón del momento partimos en dirección Cintsa (nuestro tercer y último destino en la Wild Coast). En este caso, gran parte del trayecto fue por la carretera principal  N2, en comparación con los días anteriores fue todo un placer conducir hasta Cintsa. Nada más llegar al enorme pero tranquilo  Buccaneers backpackers decidimos relajarnos aquí y pasar tres días de chill out total.
 
   
 El albergue, es más bien una pequeña aldea de dormitorios, casitas y  un gran zona de acampada, todo ello, con vistas a la magnífica playa y con la graciosa compañía de los babuinos, que por su curiosidad, nos acompañaban cada vez que nos sentábamos a comer en la cocina abierta del camping. Incluso tuvimos la visita de unos cerdos!
    Nuestro último día en Cintsa lo pasamos en una de las playas cercanas al pueblo, donde no había prácticamente nadie, es una maravilla viajar fuera de temporada! Las piscinas de estas playas nos dieron grandes momentos como este:
 

martes, 29 de mayo de 2012

South Coast: Umkomaas, Oribi Gorge & Lake Eland Reserve


Volvimos al camping del parque nacional Royal Natal, para recogerlo todo e irnos de allí a las 10 de la mañana dirección Umkomaas, que es la South Coast, al sur de Durban. 





Por el camino, encontramos muchos poblados que salpicaban el bonito paisaje que atravesábamos.




Decidimos parar en uno de ellos, sacar unas fotos y pasar un buen rato riéndonos con los niños y las personas que había por la calle mirandonos con cara de...que haceis vosotros aqui??


Por supuesto, en muchas de las conversaciones termina saliendo el futbol, y más teniendo en cuenta que el mundial de futbol se había celebrado en su país hace menos de 2 años.




Fue muy divertido el momento que pasamos con los niños, les encantó verse en la cámara e incluso posaban para nosotros!!!!
Por estas paradas no improvisadas, tardamos más de lo esperado en recorrer el camino a nuestro próximo destino. Aun así, conseguimos llegar a Umkomaas antes de que anocheciese e incluso conseguimos una habitación con dos camas por R 160 y que la amable señora nos diera de cenar, comida típica sudafricana, hecha por ella por R 30 cada uno. Genial!

El día siguiente lo dedicamos a buscar una tienda de buceo para mi y una tabla de surf para Martin. El Diving se resuelve fácil ya que Umkomaas esta lleno de tiendas de buceo que van al Aliwal Shoal y hacen el Tiger Shark diving pero para encontrar la tabla de surf tenemos más problemas. 
Vamos al siguiente pueblo a unos 6 km de distancia, Scottburgh, donde solo hay una tienda de surf con poca variedad de tablas pero donde amablemente se ofrecen a ayudarnos. 
Pasamos el día allí y volvemos a Umkomaas tras ver el atardecer, donde la señora del hostel nos recibe y nos ofrece cenar con ellos. Aceptamos encantados, y a las 9 de la noche nos sirven el rico plato de carne asada y maize meal ( una especie de pure de patata que ellos toman ), junto con pan de queso casero. Todo esta muy rico y nos entra de maravilla.
Al final de la cena, el marido de la señora, medio 'piripi', se nos acerca y nos habla sobre como fué su trabajo como piloto, volando sobre los paisajes del sur de Africa. Nos cuenta que su país es mágico, precioso, pero inseguro. . Estamos agotados y damos por finalizado el dia.
A las 7 de la mañana me planto en la tienda de buceo, estoy emocionada. Hago 2 buceos en Aliwal Shoal, que me pareció precioso, unas cuevas y unos pasajes muy interesantes, mucha fauna marina y en general, de gran tamaño y para poner la guinda al pastel, me apunto también al Tiger Shark Baite Dive, que no defrauda en absoluto. Primera vez en la vida que estoy rodeada de semejantes tiburones, son enormes, miden unos 4 metros! Vemos 3 diferentes aunque están timidos y no se acercan mas hasta que el otro grupo de buceadores se va. Adrenalina, adrenalina y más adrenalina durante mas de 80 minutos que dura el buceo, a 8 metros de profundidad.


Los Oceanic Black Tip sharks de 2 metros no imponen nada a su lado. Qué cierta es la teoría de la relatividad..
Como experiencia, me parece una pasada, pero no hay que olvidar que el único motivo por el que estos tiburones se acercan es porque ponen cebo. No somos muchos buceadores lo cual también hace todo mas agradable. 

De vuelta al pueblo, el barco se encalla debido a la marea baja, asi que toca empujar el barco... Martin me espera allí con su sonrisa llena de intriga...expectante. Quiere saber cómo ha ido todo, si he visto a los tiburones tigre…..Le cuento toda mi batalla, totalmente emocionada :-)

 Recogemos nuestras cosas del hostel y salimos dirección Oribi Gorge. Tenemo bastantes kilometros de carretera por delante, pero tenemos la suerte de llegar con luz al camping. Montamos la tienda , vemos una película en el portatil, cenamos y nos encontramos con la persona de seguridad que nos dice que tengamos cuidado con dejar cosas a la vista y demás. Esto nos vuelve a poner tensos, aunque en realidad no nos dura mucho la tensión, ya que caemos rendidos y dormimos como lirones.

Amanecemos en el camping y tras el desayuno hacemos el check in que no habíamos hecho la noche anterior, pagamos por la noche anterior y la que íbamos a pasar R 70 por persona, R 280 en total por las dos noches. Nos ponemos a caminar y vamos por un camino a la parte de arriba de la garganta donde disfrutamos durante un rato de este bonito plano.


Después, cogemos el coche y nos adentramos por la garganta, dirigiéndonos a la parte de abajo, donde tras cruzar el rio hay un parking con zona de picnic. Hacemos el trekking a la Samango Falls. Un bonito camino por la vegetación con una cuesta un poco pronunciada al final, que nos lleva a la caída de la cascada, que resulta un lugar muy pacífico, íntimo y natural donde nos ponemos el bikini y bañador, nos bañamos bajo la caída del agua y disfrutamos de estar solos en semejante lugar.

 

Tras este rato de paz y relajación en plena naturaleza, volvemos al coche para comer en la zona de picnic y continuar con nuestro dia en la Oribi Gorge. Ahora toca ir a la que nos han dicho, es la mejor vista de esta garganta: Leopard Rock.

Encontramos el hostel con este nombre que tiene una preciosa terraza sobre la garganta, donde sirven un rico café local, con un pastel de chocolate que devoramos mientras no paramos de alucinar con semejantes vistas.
 


Por supuesto, no puede faltar la sesión de fotos. Yo estoy un poco más miedosa por la altura a la que quedas suspendido en esa roca, pero Martín está más atrevido y conseguimos sacar esta graciosa foto.






En medio de la sesión de fotos tenemos la aparición momentánea de unos pájaros tipo tucanes que nos acompañan un ratito y con los que alucinamos todavía mas.



 
Disfrutamos de ese momento al máximo y a las 16:00, cuando cierran la cafetería, nos vamos en busca de civilización para encontrar un supermercado y una gasolinera ya que andamos bajo mínimos de todo. Cumplimos la misión y vamos al camping. Paseito para ver el atardecer sobre la garganta, cenar y a dormir.

 La mañana siguiente después de hacer el check out en el campsite fuimos a la otra joya del Oribi Gorge, al Lake Eland Game Reserve, donde pudimos ver por primera vez animales tan increíbles y típicos de este continente como cebras, impalas, bisontes, Eland, Warthog, jirafas…




Las jirafas resultaron ser muy curiosas y no nos quitaban ojo de encima, sobre todo cuando Martin intentó acercarse a esta, para poder fotografiarla más de cerca.






Los Eland, que dan nombre al parque, estaban por todas partes, sobre todo los veíamos en manada, aunque siempre hay alguno que se escapa del rebaño.







Los bisontes imponen mucho de cerca, parecen mas pequeños de lo que realmente son y siempre vigilan sus espaldas. Curiosamente se relacionan con otras especies de animales, de manera que en la misma manada puedes ver bisontes, impalas, elands, cebras....curioso.


Las cebras, muy numerosas en aquel parque, eran de todos los tamaños, edades y patrones.
Este animal rallado nos enseño también su lado social, mezclándose con otras especies en la misma manada.





Me hizo muchísima ilusión ver Warthogs, o como los hubiera llamado antes, Pumbas (El rey Leon). Son muy huidizos asi que no fue nada fácil fotografiarlos, en cuando nos acercábamos salían corriendo, sobre todo si llevaban crias con ellos. Algo llamativo, sus gigantes colmillos, eran enormes!









Drakensberg - Royal Natal National Park

3 días después de haber pisado tierra sudafricana, nos montamos en el coche que nos llevaría de viaje por tierras sudafricanas durante 3 semanas. Era pequeño, pero útil y barato (R 240 por día). Lo alquilamos en First Car Rental, en el aeropuerto de Johannesburgo. Tras una salida caótica y con la ayuda de amables ciudadanos que nos vieron la cara de susto por habernos perdido en medio de lo que todos nos habían dicho que era peligroso, conseguimos tomar la autopista adecuada para poner rumbo a la provincia de Kwazulu Natal. Nuestro primer destino era el Parque Natural de las Drakensberg y la distancia hasta allí 578km. Por el camino, paramos el coche para fotografiar este arcoíris que nos daba la bienvenida curiosamente al país del arcoíris… por fín estábamos de viaje por Sudafrica!!!!!!



Tras horas de conducción y habiendo anochecido horas atrás, la llegada al parque nacional no fue como lo habíamos imaginado No podíamos encontrar ningún rincón protegido para dejar el coche. 
La carretera no tenía arcen, solo campos de trigo por todas partes. Hicimos muchos kilómetros en busca del sitio adecuado hasta llegar a la puerta del parque, que sólo era una valla y una pequeña caseta. Total que fuimos por un camino secundario, donde vimos varios hostales y una compañía de actividades al aire libre que tenía un terreno abierto y finalmente, pudimos cocinar con el camping gas contra el viento (toda una aventura) una tortilla con atún, comerla y tratar de dormir con todo lo que ello implica… paranoia, tensión e incomodidad pero junto con un imponente cielo estrellado y en medio de una fauna y flora  impecable..
 
Nos despertamos con la luz que entraba en el coche y la verdad es que habíamos descansado bastante bien. Cuando el cuerpo necesita descanso, deja a un lado los miedos..


Hicimos nuestro cafecito con galletas para desayunar y mientras recogíamos vimos como comenzaba a venir gente por la carretera. Dos chicos se acercaron a pedirnos comida, pero con la paranoia que teníamos, salimos de allí pitando.

Llegamos a la puerta del Parque Nacional de Drakensberg, pagamos R 60 de tasas por entrar y fuimos a la oficina para pedir información y reservar nuestra parcela en el camping Mahai http://www.encounter.co.za/mahai-campsite.html, .


Por el camino nos encontramos un gran grupo de monos. Al principo dudamos de si salir del coche o no para sacar unas fotos, pero al final descubrimos que no tienen ningún miedo de los humanos ni de los coches, ni de las cámaras!



De hecho, uno de ellos incluso saltó a nuestro coche y se quedó un rato mirándonos....Fue un momento muy gracioso y simpático. Estábamos rodeados de ellos. Hasta pudimos ver rituales de apareamiento y comportamientos de territorialidad varios!!!





Acampamos allí dos noches por R 80 por persona, qué mejor lugar para estrenar nuestra tienda de campaña que este!


 El camping estaba muy bien organizado y equipado. Dimos muchos paseos mientras el tiempo nos lo permitía ya que hubo varias lluvias que nos fastidiaron algún treking, asi que tampoco pudimos recorrer largas distancias como habíamos planeado.


  La estrella de este parque nacional es sin duda 'The Amphitheatre', precioso como bien se puede apreciar en la foto. Tan imponente como es, atrapa a todas la nubes que pasan por allí (tipo Bilbao).


Nuestra última mañana en el parque, madrugamos para ir a desayunar a este maravilloso lugar, esperando verlo despejado. Conseguimos desayunar el café con galletas, estilo camping gas, apreciando este bonito lugar, aunque tardo poco en nublarse....Hay que decir que estos son los mejores desayunos del mundo!!!


domingo, 8 de abril de 2012

Johannesburgo

 Tras dia y medio de viaje, 2 autobuses, 2 aviones y 2 aeropuertos, llegamos a Johannesburgo sobre las 4 de la tarde, agotados y con poca gana de hacer nada. Pero la suerte estaba de nuestro lado, ya que Rob, el dueño del hostel en el que íbamos a dormir (Shoestrings Airport Hostel, free pick up), no tardó mucho en recogernos. Este hombre, con curioso parecido entre Tom Cruise y Dustin Hoffman, nos ayudo mucho a planear nuestro itinerario por Sudáfrica y nos puso un poco al día sobre cómo es la vida en este país.
Asi quedaría mas o menos nuestra ruta planeada:

Pasamos 2 noches en este hostal, que está a 3 km del aeropuerto, para poder así descansar y recuperar fuerzas disfrutando de la maravillosa carne que hay aquí, la cual descubrimos al de 3 horas de pisar tierra, ñam…